Esta casa siempre ha destacado entre las demás por las inconfundibles persianas amarillas que resaltan su fachada y por el jardín interior que es el único de todo el pueblo y se mantiene intacto con el paso del tiempo.
La atmósfera familiar de la casa exigía compartir esa calma, calidez y tradición que la caracteriza y fue reformada para convertirse en el primer Boutique Hotel con piscina voladiza en Sant Llorrenç
des Cardassar.
Actualmente, la casa mantiene su estilo y materiales iniciales y la reforma ha sido todo un reto por la
dificultad que lleva conservar los elementos antiguos.